El rincón cultural de nuestra gente:

Espacio creado para que nuestra gente pueda publicar escritos, poesías, reflexiones y demás material cultural. Un grupo cultural virtual para el intercambio de reflexiones e ideas.

cuento, tintero y pluma - Plan lector profesora Egidia

PLAN ESPECÍFICO PARA LA RECONSTRUCCIÓN CULTURAL EN EL MUNDO RURAL- Santa Cruz de los Cáñamos 2.020

Introducción

Sabemos que el mundo está inmerso en una gran crisis sanitaria. Millones de personas han muerto en el mundo por el Covid-19 y aún no hay vacuna eficiente para sanar a la población. Pero dejemos la ciencia, para los científicos.

En zonas rurales, donde la densidad de población es baja, da pie  experimentar una gran distancia social, lo cual favorece a un casi nulo riesgo de contagio. Esto da ventaja a los lugares menos poblados.

Sin embargo, quiero dejar al margen el Coronavirus, para céntrame en otra enfermedad que padecemos la gente que habita en la España rural: la soledad. La soledad permite seguir un paso del tiempo diferente al resto de la humanidad (generalmente mucho más lento); pues el ser humano siempre tiene derecho a percibir una cierta realidad de su paso; sea cual sea, su ámbito.

No saber percibir el paso del tiempo, también es contagioso y de forma anónima nos han de llevar a un confinamiento silencioso y dañino. Esa incomunicación al mundo exterior, hace al hombre involuntariamente construir un mundo irreal y que no conduce a la verdad.

Es cierto, en el mundo rural existen infinitas formas de buscar la verdad y razón de vivir. Pero se siente la incapacidad de saber gestionar esos recursos. Por ejemplo, un caballo sin domar es un armar peligrosa, pero cuando la habilidad del jinete consigue poco a poco dar al animal los distintos estímulos para que camine bajos sus órdenes, puede servir como caballo terapéutico para niños con parálisis cerebral.

Tenemos en la cuadra un caballo fuerte y hermoso, procuremos saber canalizar todo ese potencial cultural, para enriquecernos a fuerza de adversidades.

Durante la realización de estos humildes poemas (como humilde es nuestro pueblo y sus gentes), he creído que ha llegado el turno de reflexionar sobre la propia existencia humana; y más concretamente sobre la verdad de vivir en una zona despoblada, con el aliciente de estar inmersos en una pandemia.

Yo quisiera homenajear a nuestro alcalde, que pese a su discapacidad visual, sigue peleando cada día por su pueblo. ¡Es más sigue, pelando por la vida y derribando obstáculos! Los que tenemos alguna discapacidad solemos ser asiduos a la reflexión sobre nuestra propia existencialidad. Porque, con inteligencia y tesón diariamente tratamos de supurar las adversidades.

¡Ay, de los que no son conscientes que sufren una discapacidad y permanecen en la ignorancia! Estos no oyen ni siquiera el golpe de los martillos, que están cavando su tumba. Pues, creo que deben dejar de reír, para empezar a llorar y así expiarse de sus culpas. Porque hermoso es ver a niños jugar con el barro, que moldean pájaros irreales, con agua de arco iris y jugo de coco.

Pues, solo un Dios hay y que casualmente dio la vida por nosotros. Los demás, somos arboles que adornan el paisajes. Sin voz, pero seguimos siendo arboles, dentro de la arboleda, que agitan sus copas a soplo de viento otoñal.

Poema: La extraña sensación

Tiempos amargos y cargados de desazón

Ojos de lenguaje, preñados en licor;

lágrimas que brotan del profundo interior,

llanto de sufrimiento e himno de alegría

En verdad, ¿llegará la luz algún día?

Volver a reír, mas dejar de llorar

Para el alma sembrar ese lirio primaveral;

Lirio primaveral que en el interior ha de adornar

Para la mente que algún día ha de sanar.

Denudarse el cuerpo para mostrar entrañas

es también cosa del alma.

Dejar que el paso cicatrice las heridas

la herida del trastorno moral, político y social.

que hieren y marcan para la eternidad

y al hombre deja ebrio de cronicidad.

Hace al hombre cargarse de sabiduría,

para saber volver a andar y disfrutar de la sociedad;

volver a amar una identidad perdida, por la enfermedad;

para anunciar ese paraíso inexistente;

fruto de la salud soñada

y de olor a vendimia de preámbulo.

POEMA: Temida desesperación

¡Oh! temida tristeza del confinado, denudando el cuerpo;

Víbora inmunda arrastrándote por el suelo,

Desenmascaras las entrañas del hombre;

Eres prostituta y abusas de la indefensión de la gente;

Tu alimento es ver sufrir, vidas sin sentido y sin resurgir.

¡Oh! temida melancolía, haces brotar lágrimas de los ojos;

Eres miedo, conquistando los sueños;

Tristeza eres y habitas en los confines humanos;

Tienes origen endiablado y su futuro está sentenciado;

Pues, eras cólera y a hombres dejas condenados;

Condenados a mundos inciertos y senderos desalmados.

¡Oh! temida tristeza, tu refugio es la tenebrosa mazmorra;

No hay candil para iluminar el cautiverio

Eres hija de Satanás y hermana del infierno;

En tu presidio hay sogas y te emociona verlas en el cuello.

Porque Éxodo eres de tiempos recientes que posee huellas ancestrales.

POEMA: Dios y mente                   

Creo que pertenecer al ateísmo significa para al ser humano una vida sin sentido, permítanme, vacía.

La creencia del hombre en un ser superior, sobrenatural, creador de la cosas, omnipotente, omnisciente y que tiene su hogar en el alma de ser humano, perteneciendo a él. Permite vivir al individuo una vida de paz, armonía y en la libertad espiritual. 

Mi parroquia algún día me planteó recibir el Sacramento de la Confirmación. Durante esos años de formación, medité profundamente sobre mi identidad espiritual. Me preguntaba: ¿Verdaderamente, merece la pena incluir a un Dios en mi vida como persona, o por el contrario, permanecer en la laicidad me permitirá estar exento de problemas? Tras muchas meditaciones, como por ejemplo: la posición de Dios frente a la enfermedad, muerte, desastres humanos o bélicos; me hizo creer que Dios ama cada criatura viviente del planeta Tierra y que nunca deja caer al ser humano en la redes dañinas. Por tanto, mi decisión ha querido incluir la grandeza de Dios como pieza clave en rompecabezas de mi destino.

¿Qué es la mente?; ¡Pues, es el órgano superior!

Pero, hay almas que enferman y sufren de corazón,

¡Desgraciadamente, los demás viven la locura de incomprensión!

Desasosiego peinando las entrañas del hombre;

Camino desorientado, cargado de desazón;

Ojos lacrimosos y pañuelos bañados en licor.

El ser grita y berrea;

¡Atad al loco y que la paz reine entre nosotros!;

No están locos, tan solo son enfermos de interior.

Ese pañuelo que en verdad limpia pertenece al Creador;

El eterno olvidado, el eterno sufridor;

En verdad, Resucitó y de la crucifixión se salvó;

Y ese Hijo del Hombre comprende al que desesperó.

Y el madero al que la Santísima Virgen lloró;

Esa templanza algún día mi llanto calmó;

¿Qué significa la Cruz, de la salvación del mundo?;

Pues, la armonía del trastornado en su interior.

¡La luz de mundo y la luz del Libertador!

POEMA: “La muerte”                      

¿Qué es y qué significa la muerte? Sin duda la respuesta a esta pregunta está cercana al infinito o pertenece a él. ¿Pero, que es el infinito? No puedo decir que significa la palabra infinito, pues es el vacio; y el conjunto vacio está compuesto por partículas nacidas de la naturaleza nada. En esta dimensión infinita, no aparece ningún estado de la materia, que son: fuerza gravitatoria, electromagnética, nuclear débil y nuclear fuerte; y más aún materia, en la cual alguno de estos estados puede afectar a un supuesto cuerpo material. Estas son las cuatro características que puede presentar la materia en nuestro mundo (Fuente: Lágrimas en la lluvia – Padre Carreira). Así pues, resulta que nadie ha demostrado su existencia, ningún ser humano ha podido decir; el color, la forma que tiene y cual su tamaño; en definitiva, que significa su naturaleza y especificaciones (si las hubiere) de sus características.

Nadie pondrá en duda que la muerte es un denominador común a todo ser viviente en la faz de la Tierra. Sin embargo, el hombre generalmente, ve la muerte de un ser de su entorno, como la suya propia; muriéndose también él en vida. Se transforma de titiritero en marioneta. ¡Un muerto en vida! Si ha muerto porque la naturaleza social o humana lo ha destinado a morir; ¿por qué ser enterrado  en el mismo acto funerario?

¿Por qué un individuo, se estremece por la venida de la muerte?

Por la vida es regalo, la muerte;

Por la muerte es vencida la vida;

¡Hombres y mujeres con suerte!

La muerte no es el final;

Pues, digamos que el hombre duerme.

El cuerpo ha de viajar;

Luego, el alma y la razón han de quedar.

Algunos inmundos quedan hundidos;

Esos sin fe, ni esperanza, también a los gusanos son sometidos;

La muerte es el epílogo y su vida queda exenta de sentido.

La inteligencia de afrontar la muerte como natural;

La inteligencia de seguir nuestro caminar;

Para consuelo, de coronas de flores las tumbas han de adornar;

Y para el descanso eterno, el Santo Rosario se ha de rezar.

PANORAMA REFLEXIVO

Siento que España se hunde como el Titanic. Tengo la gran desgracia de alterarme con ira: en tiempo en paz y bienestar; pues esa zozobra otoñal y melancólica, deja de tener sentido en tiempo de bonanza. Sin embargo, siento miedo: como rebaño de ovejas anticipándose a una tormenta de rayos, pues el pastor no es capaz con sus silbidos apacentar a sus animales, lo cual dice: ¡Virgen de Cortes: que desastre!

Luego me tranquilizo, me hago con el timón del barco y me siento alegre por superar una situación monótona dentro de la desmoralización personal. Entonces consigo ver los toros desde la barrera. Los cornúpetos hieren al espada,  generalmente por imprudente o falta de motivación. Pero primero hay rayo en el cielo, luego trueno, relámpago, la lluvia empieza a caer en gruesas gotas, que al paso de los minutos convierte en agüero y finalmente una aguda lluvia de granizo comienza a caer. La tormenta dura pocos minutos y luego sale el sol, dibujando un arcoíris en el cielo, adornándolo con toda una gama cromática.

En verdad, a estas horas ya está cayendo una fuerte tormenta en toda la nación. Especialmente en la zona central de la península, donde se concentra más población. No se salva nadie y esto es consecuencia del fenómeno de la irresponsabilidad social y política. 

El joven, imprudente e ignorante torero se lanza al ruedo. Al frente tiene una rata blanca de Albaserrada. Pero el torero debería temblar, pero por sorpresa no tiembla; más quiere triunfar y a la rata desorejar. Impudente quiere la muerte, el animal pasa antes que el muchacho, lo mide y al final halla sus pasos, siguiendo sus huellas en la arena. Se huele a sangre desde los tendidos…

AUTOR: Juan Díaz Jiménez